Viajar en tren ya no es lo mismo. Con la llegada de la tecnología ya no hay despedidas con el pañuelo blanco en la mano y ya ni siquiera te pueden acompañar al andén para darte el último abrazo... La tecnología nos ha dado comodidas y velocidad, pero nos ha quitado el encanto.
Me pregunto hacia qué lado tira la balanza...
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