Después de tantos años e ilusiones, nada queda. Sólo el recuerdo de lo que fue. El poso que nos acompañará para siempre. Por lo menos a mí. Anécdotas, viajes, bienes, facturas, recuerdos, abrazos, besos. Ahora sólo queda un single en el Facebook y un cambio repentino de visualización. y todo porque ya, nada queda.
Sólo cenizas de mi corazón roto.
Sólo el amargo y salado sabor de las lágrimas.
Sólo las pesadillas que acuden a mí cada noche.
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