Y depende del anuncio que estés viendo, te encasquetan unas pastillas, 5 piezas de fruta, una crema quemagrasas milagrosa, dos raciones de verdura, dos litros de agua o unos cereales.
En fin, que una vez llegado el momento de empezar a pensar que el uno de enero no nos pusimos a dieta y que esa inscripción del gimnasio caducó antes de empezar... llega el momento "Bikini, ese gran amigo". Lo cierto es que yo pienso en ello, me agobio y luego digo, "total no voy a convertirme en una sílfide en dos meses" Y me quedo como estoy, que no es poco. Peor sería ir a más, ¿no?
Lo malo es que lo de la dieta sana y el ejercicio es la constante, o sea, que sería lo único que tendríamos que hacer, porque lo demás son aditivos saca dineros. Y seamos serios, es precisamente lo más duro, lo que no apetece. Comer poco, correr, sudar... BUFFFFFF!!!! Lo del sacrificio no es lo mío desde luego, por eso nos engañan con pastillas, cremas, zapatillas lunares que te las pones y ejercitas múculos que ni sabías que tenías... Acaso no se dan cuenta de que si tomásemos las pastillas, nos diésemos las cremas, tomásemos las raciones de verduras indicadas, comprásemos las zapatillas, nos bebiésemos el Nilo entero... engordaríamos y lo único que adelgazaría sería el poco dienro que hay ya de por sí en nuestra cuenta?
Déjalo ya, que no vas a conseguir nada, o dieta sana y ejercicio o directamente te matas de hambre cual anoréxica. No hay atajos aquí. Una lástima, por otra parte.