14 de junio de 2010

1829 y el coche

Voy a introducir una nueva personalidad es mi mundo bloguero. Él es 1829, mi compañero de vida, mi alma gemela. Es necesario introducirlo porque el otro día me dio un susto de muerte.

Llama a las 11 de la mañana y me dice: “Hola, ¿estás sentada?”
Imagínate cómo tenía que estar que yo pensaba que le habían subido el sueldo o algo. Me imaginaba de compras para tener el modelito más ideal para la celebración… Todo se derrumba cuando me dice que se ha chocado con el coche.

¡Casi me da algo!

A esto le sucedió una pequeña crisis nerviosa y un sinfín de preguntas: Cómo?, Dónde?, Cuándo?, había otro coche? Y la más importante ¿Tú estas bien?
Él atiende lo mejor que puede mis preguntas Me cegó el sol al arrancar en un semáforo, a la salida de Plaza España, esta mañana pero te llamo ahora que hemos visto que todos estamos bien, Sí tranquila estoy bien.

Iba con una compañera de trabajo. Si les llega a pasar algo me muero, porque 1829 es mi media naranja, y ella es una persona como pocas, una amiga. A la décima respuesta afirmativa de que los dos estaban bien y de que la cervicales también las tenían bien, ya me tranquilicé un poco y pregunté por el coche.
Error. El coche no arranca, han saltado los airbags, tiene un bollo en la parte de delante, va a ser un pastón. UFFFFFFF

Lo cierto es que estamos teniendo bastantes sustos con el coche. Primero yo lo acaricio contra una columna de un aparcamiento, luego nos rompen una ventana para entrar a robar y ahora esto. Vaya con el utilitario.

¿Somos gafes o sólo es una mala racha? Espero que sea lo segundo y que se pase rápido…

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